Tus sábados

Llega una noche que esperaste mucho, te bañas, salís, te secas, elegis la ropa que te vas a poner, el pantalón que yo te regalé, y la camisa esa que tanto querias la misma que yo te lleve a comprar el día de tu cumpleaños, te pones las zapatillas, esas que te acompañe a comprar que caminamos mucho mucho, hasta que te dije que te quedaban hermosas, te pones tu collar, el que te regalé cuando cumplimos un mes de novio según vos fue uno de los mejores regalos que te hicieron, te pones el reloj ese que vos mismo armaste de todos los relojes que te fui regalando a lo largo de la relación, por último elegis el perfume, elegis uno de los siete perfumes que te regalé para nuestro segundo aniversario, te miras en el espejo poniendo tu cara de sexy y te peinas con la mano reflejándote en ese vidrio que una noche te escribí te amo con labial permanente... Y por último te vas, sin recordar nada de esto, sin pensar en todos los momentos que yo estuve ahí haciéndote feliz o al menos intentándolo y vos simplemente me rompiste una y otra vez sin importarte qué tan grave era el daño que causabas, sabiendo que renunciaste, sabiendo que tiraste la toalla, sabiendo que cuando más te necesitaba y te llamaba para que me des un poco de alivio me apagabas el celular. Así es como te vas pasarla bien a reírte hacer de cuenta que tu vida es fantástica sin pensar en la persona que perdiste, sin pensar en que los amigos quet te rodean son los mismos que son capaces de estar con tu ex novia, qué es ella, la que rompiste en mil pedazos las que le dice que no porque si fuera por ellos no les importarias, pero tampoco pensás en eso... pensás en la música, en tomar y ver si alguna chica rubia que te esté mirando pero déjame decirte que no se puede evadir toda la vida.