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miércoles, 17 de junio de 2020

La cobra

Dicen que después de llorar mucho hay que beber mucha agua para recuperar todo el líquido que perdió el cuerpo. Supongo que ahora debería beberme un océano, entiendame, las heridas de las personas que alguna vez amaste duelen más que las que no conocemos. 
El era quien me alimentaba cuando pesaba lo mismo que en mí niñez, el me curaba las heridas, el las beso y hoy las hace de público conocimiento.  Habría entendido que hable de lo tóxico de nuestra relación, lo habría entendido es que así fue que surgió todo intentando conscientizar acerca de las relaciones tóxicas y nosotros claramente eramos ácido. Pero me asombre al leer, me asombre cuando en voz alta descubrí que me tiró al mar repleto de tiburones, me asombre cuando descubrí que su fin, de nuevo, era destruirme. Supongo que no espero que sobreviva al primer round, vuelve por un segundo, pero cuéntenle, avisenle que vine más empoderada que nunca, avisenle que me hice grande y lo puedo aplastar. 

martes, 16 de junio de 2020

La noche de los cuchillos

Me había puesto el chaleco de balas justo antes de que empiece la tormenta, vi todo caer al rededor de mí, vi como intentó hundirme. Lo vi destinado a matarme aún si tenía que usar mí propia sangre como pistola. El me recogió de la misma muerte, pero ahora se ríe de mis caídas, se ríe de mis cicatrices. Me conoció descocida, me conoció rota y sangrando, se quiso quedar y ahora habla de la noche de los cuchillos, y el plato principal lo acompaña  con mentiras.
La única verdad que dijo fue la que dolió, hablo de mí enfermedad, sin conocer mí cura el habla de mí enfermedad. Habla de la sangre corriendo, sin que yo hablé de sus espasmos. ¿Estábamos hablando de toxicidad no es cierto? Apunta eso, se rió de mí enfermedad, se rió de mí adicción. Supongo que las horas en mí psiquiátra no le aclararon las cosas, supongo que olvidó que detrás de todo me encontraba yo. 
Sabía cuáles son las balas que me derrumban, recordó cual era mí talón de Aquiles, quiso reírse, quiso contarle al mundo que una vez la pasé mal, quiso hacerlo creer que fue por el. El me conoció cuando solo comia agua, me conoció cuando lucía como un saco de huesos, y hoy pública la sangre que vio correr por mis brazos, hoy se anima a reírse de eso.