De chica me
enseñaron que la perfección no existe, pero aun así tenía que tratar de hacer
todo lo mejor posible, para que no se si no podría ser perfecta. De adolescente
me demostraron que equivocarte está mal, entonces ¿cómo se supone que debo
aprender?
Con el me pasaba
algo similar, creí que al principio nuestra relación era todo color de rosa,
era más que divertido, era romántico con una pisca de aventurero, era
llamativo. Pero un día amanecí y todo había cambiado, de un minuto para el otro
todo se había cambiado y yo no había logrado darme cuenta ¡Otra vez había caído
en las redes del amor! Me ilusione y cuando menos lo espere recibí un golpe en
la espalda, primero ella, luego creí que teníamos merecido una nueva
oportunidad que era una pena que todo esto se acabe. Pero luego de varios
intentos, comprendí que no era tan simple como en un momento pareció, pero a la
vez sabía que no quería perderte, aunque era muy humillante remar yo sola y que
tú me frenes, yo no pedía que me ayudes a remar, pero sí que no me impidas que
lleguemos a la felicidad.
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