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domingo, 1 de septiembre de 2019

Sentimientos que se convierten en anclas

Hay sensaciones que no se borran, y no hablo de esas lindas que te hacen doler los cachetes de tanto sonreír, hablo de esas que se te clavan en el pecho, de esas que te calientan el cuerpo pero a la vez te hacen sentir frío, esas que te generan un revoltijo en el estómago, las que te hacen temblar y no saber cómo manejarte, esas que una vez que pasaron te hacen quedar duro, apenas parpadeando, sin saber que hacer, si hablar, si callar, si llorar o si simplemente huir.
Emociones que te llevan a cubrirte, a alejarte para sanarte, emociones que te ponen todo en perspectiva, situaciones donde ves todo de una manera diferente, situaciones que quizás te están haciendo ver lo que por otras razones no podías ver. Y ahí es cuando elegis, elegis sin saber, elegis jugando a elegir, elegis sabiendo la mitad de las cosas, elegis más por lo que sentís que en si por lo que pasó, pero elegis... Y si tomaste una decisión siendo de los míos, de aquellos que se dejan arrastrar por la marea, créeme, que si en esa tormenta pudiste escoger para que lado querías ir, serás una ancla, si el este fue tu elección... Nada mueve eso. Las sensaciones y los sentimientos pueden generar anclaje a las decisiones.