-me quede vacía -y eso te pasa por darlo todo

Vivís queriendo llenar vacíos, vacíos que en realidad son propios. Te rompes en mis pedazos y repartis tus piezas para curar el resto, haces siempre lo que esperas que un día hagan por vos. Pero eso nunca vuelve, entonces crees que no hiciste suficiente y haces más, más y más. Cuando te diste cuenta perdiste miles de partes que eran tuyas, que eran propias en el afán de hacer reír a alguien, pero cuando lo reconociste fue tarde. Ves como la persona puede simplemente soltarte, ves como puede elegir no darte una de sus piezas, ves como la persona mueve sus prioridades y de nuevo quedas debajo. Es confuso porque vos nunca lo alejaste como prioridad, pero ves que el resto sí puede hacerlo.
Tarde o temprano terminas entendiendo que sos el agua que por exceso mato la planta, una vez mí psicóloga me dijo ¿Te das cuenta que hacer de más tampoco es bueno no? Y no, nunca me termine de dar cuenta, siempre me gustó que hagan de más por mí, por ende siempre yo hice lo mismo pero al costo de quedar vacía, simplemente queriendo llenar a otros que ni necesitaban ser llenados.

Estaba tan lejos

Estaban tan lejos, tantas cosas los separan que si alguien lo contaba era imposible de creer.
El caminaba con la frente en alto, buscando como para no variar. Ella estaba escondida entre sus pedazos rotos que intentaba curar.
Estaban tan lejos que ni al destino se le había ocurrido crear esta situación.
Estaban tan lejos que parecía que nunca ocurriría.
Estaban tan lejos que ella había padecido relaciones porque creyó que el nunca vendría, y el seguía relaciones sin magias.
Pero les basto con una simple noche, y aunque sabían que volverían a estar lejos, nada importó. Una noche ocurrió.
No necesitaron más que un beso para entender que aquello que había comenzado no podía terminar. Lejos o cerca debía seguir.
Se encontraron, estando tan lejos, siendo tan diferentes, y desde ahí nunca más pudieron soltarse, con ideas y vueltas, diferencias y encuentros, peleas y besos. Lo sostuvieron.