Ya había tenido un amor de película como toda chica quiere, si ya saben, un principela azul, momentos que parecían ser salidas de una producción de Hollywood, teníamos fotos de esas que bajas para enternecer tu blog, una relación que toda niña joven e inocente desea. Pero como dije al principio era un amor de película y duro lo que las películas tienen que durar, no mas de un par de meses, ninguna película es para siempre y eso lo aprendí luego de varios golpes.
Bastante tiempo luego decidí no buscar nada, que las cosas lleguen, y llego algo real, alguien que me decía "no entenderás todo en la vida", alguien que con sus misterios logro volverme loca, siendo tan poco demostrativo pero tan espontaneo y fresco, tan atento y detallista, tan raro y difícil de entender, tan inquieto a la hora de dormir, tan tímido a la hora de hablar de ciertos temas... tan lo que estaba necesitando sin saber que era eso lo que necesitaba, quizás nunca me puse a pensar en tenerlo a el y solo a el. Nunca habíamos hablando de nosotros en esos casi cuatro meses que nos conocíamos, al menos no tanto como lo hacia su madre.
Quería entender que era lo que me hacía volver siempre a el, ¿qué era eso que me ataba? solo tenia esos ojos grandes y bien redondos con los que me miraba hasta ponerme incomoda, esa sonrisa de las que a mi me gustan, creo que era eso no podía dejar de pensar en esa mirada que hace mientras me acomada el pelo, quisiera entenderla, necesito entenderlo.
Nunca voy a entender esa clase de juego que haces con la mirada una vez que terminamos de hacer lo que mejor nos sale y nos quedamos recostados desnudos, uno junto al otro. Me miras de una manera que me haces sentir tan importante en tu mundo, pero luego empiezo a pensar y recuerdo nuestro trato tan raro que eso que lo convierte en tan único. Hablas de temas disparatados que nada tienen que ver y yo solo río, contigo. Tienes algo que pareces esconder, algo no me termina de cerrar pero eso esta noche no importara porque ahí vamos de nuevo, quiero sentirte mas cerca que nunca.
Es raro como cuando algo es la nada misma puede ocupar un lugar tan importante, y aunque algo nuevo e increíblemente novedoso trate de entrar en mi vida nuestra "nada" no lo deja, porque siempre me has de poder. No crees en el amor, eso lo entiendo. Sabes que no me quiero enamorar, me han echo sufrir mucho. Pero nada de eso importa cuando me miras fijamente sin ni siquiera mover tu cabeza sobre la almohada, y es esta nada misma que me potencia tanto.
