Visitas

jueves, 12 de diciembre de 2019

volcán vs mar

Temblaste de miedo por parecerte a ella, 
La veías tan ardiente y anotaste una y otra vez los motivos que nunca tomarias de ella,
Lloraste por aquellas actitudes en las que te veías igual y rezaste para que no se quedarán,
Hiciste promesas con tus amigas que si te veían como ella te lo adviertan, te despierten, 
Le dijiste una y otra vez a tu psicóloga que no querías ser como ella, que viste cosas diferentes, yo quiero ser diferente,
No quiero ser como ella,
Llorabas cuando la veías en erupción y en silencio me decía yo nunca seré así,
Creciste y decidíste que no merecía verte llorar, ahora argumentabas, te parabas defendiendote pero cuando se daba vuelta tus piernas temblaban como árboles en un tornado,
Entendiste todas las perjudicaciones eran por ser la hija de un volcán, 
Mamaste el explotar arrasado todo lo que había a tu paso, hoy cuando la lava empieza a calentarse temblas y odias haber sido creada por un volcán.
Pero dentro de tanto caos, te enamoraste del agua, del mar , frío, inmenso y siempre estable. De quien aprendiste tanto, y cuando no podías pensar antes de actuar el se acercaba para convertir esa lava en cenizas.
Quizás seas la hija del volcán, quizás en tu fondo haya un pequeño volcancito pero te nutriste de autocontrol para manejar tus explosiones, pediste ayuda cuando te dabas cuenta que la lava estaba a punto de arrasar con todo. No podes borrar lo que te instauraron cuando eras chica, pero podes elegir a que aspirar, podes elegir en qué te querés convertir

lunes, 9 de diciembre de 2019

Por mí

No te levantaste, quedaste rota un tiempo en el piso,
No te defendiste, dejaste que te comiera por dentro,
No te permitiste ni siquiera dudar si quizás eso era lo que merecías, dejaste que entrara y te devorara hasta que no quede nada de ti,
No pudiste verte, nadie te lo dijo
¿Cómo ibas a poner un límite? Si no siquiera sabías dónde empezabas tu y dónde terminaba el. 
Te desarmaste para entregarle tus piezas, por más que sabías que ahora caminarias sin un pie. Sediste partes de ti que aún no te perdonas, el había sido todo y en eso no quedo lugar para ti. No había lugar para decidas, no seas tú, solo se trató de él, así sin darte cuenta, te estabas dejando morir. 
Ha pasado un año y me da vergüenza mirarme en el espejo, ha pasado un año y sigo sin poder perdonarme el no elegirme ¿Cómo nunca viste lo asombrosa que eres? Y si, dilo, dilo bien fuerte, nadie debe hacerte dudar de eso, nadie debe hacerte sentir vergüenza por decirlo. 
Quizás me haya apagado, quizás estuve marchita pero he vuelto, no voy a mentir, no fue sola. Una gran parte si fue mía, me levanté, me obligué a entender todo lo malo que había ocurrido para nunca volver a caer en eso, me permiti perder a aquellas personas que no me hacían sentir llenas, y empecé a rodearme de gente que veía mí brillo no como algo molesto sino como algo único, algo a valorar. Y en ese reconocimiento de mí misma, aprendí a alejar aquellos que no podían ver lo que en verdad era. Quedaron personas con quién brillo más y más, personas que me llenan de vitalidad.