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lunes, 16 de enero de 2017

San Clemente

El mismo espacio geográfico pero las cosas se movieron, personas diferentes, reencuentros fallidos, actitudes nuevas, ambientes tóxicos, nuevos enfrentamientos, todo, hasta yo era diferente.
Todos estos días estuve esquivando el tema de que quizás esto de verdad se trataba de un cierre, pero si, no puedo vendarme más los ojos. Camino por la ciudad que vive de noche, pero ahora es de día esta vacía casi tanto como yo en este momento, los autos abandonados en lugar de la gente con zapatos altos y perfumes caros. Las esquinas son exactamente igual a mis viejos pensamientos pero a la vez las veo tan diferentes, tan lejana a mis recuerdos, tan inalcanzable.
Me aleje de aquella gente nueva linda o vieja y tóxica para llorar, llorar por quién se fue sin saludar, quien fingió abrazarme mientras me clavaba un puñal, por quién se alegró creyendo que había caído, por quién no me entiendo y por quién hoy me acompaña, cuidándome de todo eso, de todo eso que quiera o no forman parte de mi vida, o al menos hasta hoy. Empape la arena de mi playa con recuerdos sin sentido, imaginando que era el final de la película, una película sin segunda parte, sin finales abiertos, el fin tal como se ve. Llorando me despedi de aquellas personas que por falta de tiempo o ánimo no me despedí. El olor del pasado me asienta bien, viví de eso, pero se que ya no será así. Apretó fuerte los puños, cierro los ojos y solo lo dejo ir.