Cierro
los ojos, las pestañas apenas tocan mi rostro, mis pupilas se aburren de tanta
oscuridad, mi mente esta en blanco, mis pensamientos son nulos. Y de repente me pregunto a mí misma, porque
es que nací en esta época, rendida al romanticismo como excusa de burla,
caballerosidad en peligro de extinción, es que analízalo no tiene sentido.
Entender que no encajas con ciertas culturas modernas, y es que si en 1960 todo
era perfecto porque tuvimos que arruinar todo modernizándolo, llevando al extremo
la exhibición personal. Devuélvannos la espontaneidad de las citas, la lentitud
en conocer a la persona, el ir de a poco disfrutando cada pequeño paso. Ahora
no se cree más en el amor, son pocos los casos donde se juega con el sentir,
donde en realidad se confié, donde se vuelvan a las propuestas de ¿Queres ser
mi novia? , donde el conocer a los padres sea un importante paso, donde todo
sea sinceridad, y si en algún momento te llegas a cansar ir de frente con la
verdad, poniendo ante todo el respeto al otro y que no se convierta en algo
monótono donde por seguir con la rutina no se animen a plantearse cosas que ya
no le pasan, donde no se mientan uno al otro donde todo sea un ámbito de
confianza y poder confesarse no traiga consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario