De la nada me camufló con el agua,
Aprendí a correr cuando el viento me tira,
A fluir cuando el río corre,
A escalar cuando la piedra aparece.
Es como si la humanidad me hubiese llenado de miedos, de temores que nada tienen que ver con mí cuerpo.
Mí cuerpo, versátil, astuto y movedizo se desenvolvió mejor que mí mente.
En los libros de biología había leído que a esta edad es cuando se da el mejor aguante físico,
Cómo si fuese el mejor momento del cuerpo,
Nunca lo sentí así,
Por el contrario me sentía en mí peor momento,
Ahora empiezo a creer que mí mente era la que estaba en su peor momento,
Supongo que si no me hubiese encontrado en el desafío no lo hubiese sabido,
Pero aquí estoy, fuerte, grande y orgullosa.
Mí cuerpo lo sabe, pero mejor aún mí mente sabe de mí fortaleza,
Mí cuerpo sabe que mí mente es engañosa, no es de fiar.
Yo no soy mis fantasmas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario