Visitas

jueves, 21 de julio de 2016

Tomate el tiempo en desmenzurarme

De a poco me despoja de esa ropa que tanto elegí pero ahora sólo se convierten en trapos que se apoyan sobre el suelo, besándome constantemente besandome de a ratos más apasionados y en otro momentos más tierno acompañado de te quiero y otros alagos físicos. Termina de hacerme suya y me abraza pidiéndome que me acueste en su pecho, me da un beso en la cabeza mientras suspira.
Una y otra vez, por su pieza, en los rincones, en su sillón estamos besándonos uno encima del otro, el sin remera para variar, a veces yo sin corpiño en otras no. Nuestros cuerpos se conocían más rápido que nuestras mentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario