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jueves, 28 de agosto de 2014

Ay comadre!

Estaba cambiada, renovada, entendí lo enferma y enfermo que estuviste así que  decidí dejarlo y llenarlo de polvo como todo lo que pertenece a mi pasado.
 Me encontraba enamorada de la vida, sonreía, disfrutaba cada minutos, decía que lo pensaba y cuando algo me disgustaba salia a caminar con mi fiel compañera. Los tiempos donde pensaba cosas absurdas y me preocupaba por cosas innecesarias eran historias, ahora llevaba una vida llena de ejercicio y por las noches solía bailar y disfrutar, le sonreía a la vida y cuando comencé a estar mejor, organizada en una vida sin amor y con solo distracciones, fue cuando decidimos vernos, sinceramente creí que seria una cita como cualquier otra pero ya con su primer "hola" algo me movió y su voz grave logro moverme el piso, la arena, la pileta y hasta a mi misma, esto era una mala señal. A diferencia de tantos el me miraba fijamente a los ojos, se lo veía nervioso cuando confeso que había esperado este momento hace cuatro años fue cuando me termino de idiotizar, ya me tenia en sus pies, cuando me beso entendí que si se puede volver a sentir.
Al ver a mis amigas les dije "Lo arruiné, empecé a sentir cosas" porque estaba enamorada de mi vida sin ataduras ni fisuras, pero ¿amor? ¿de nuevo? ¿después de todo el dolor que me causo?. Esa misma noche salí y aunque la pasaba bien tenia la tonta ilusión de cruzarmelo, sin sentir culpa seguí con mi vida caravanera con el tiempo volvimos a hablarnos y es que hablabamos tanto, el motivo de mi sonrisa generalmente era el, estaba idiotizada nuevamente. 

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