El esquivaba creyendo que yo había enloquecido por completo o quizás sospechaba que este bajo los efectos de las ofertas de la barra, cuestión no me quería ver ni por figura, cada vez que me cruzaba me insultaba y yo sin importarme un bledo me le reía en la cara, dado varias veces repetida esta escena decidí aclarar esto para no quedar como una lunática que perdió la cabeza por amor, comencé dando expoliaciones y justificando mis hechos, el sin importarle absolutamente nada afirmo todo con la cabeza, mientras mi amigo revela nuestra foto sacada recientemente, el se fue yo me alejé y jamás supe algo de el trate de encontrarlo por todos lados, pero era como si se lo hubiera tragado la tierra. Por suerte gracias a las redes sociales comencé a hablar a conocerlo mientras los enamorados vivían a full su día, el me felicitaba por mis nuevos 16 años, mientras yo no paraba de ver sus fotos y darme cuenta lo perfecto y fuerte que era, o parecía, dado el tiempo suficiente no se que fue no se y jamás lo sab´re pero el vino, y al verlo me di cuenta que era como si nos conociéramos hace años y nuestro noviazgo pertenecía a la década pasada, el me levantó me besó y nada mas importo, solo el y yo lo demás estaba de sobra, asi fue que lo que yo quería el me lo daba.
Una tarde cansados de romper hojas socas en el piso, sentados bajo el canto de los loros me pregunto si estaba lista yo sin entender voltee y el me iso la tan famosa pregunta ¿ Te gustaría....? yo asombrada y con ganas de gritar con un altavoz ¡SI!, conteste timidamente y seductoramente y mas que obvio afirmativamente.
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