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miércoles, 23 de diciembre de 2015

Unas horas jugaré a quererte pero cuando vuelva a amanecer me perderás para siempre

No fue sino hasta aquella noche donde en verdad comprendí lo que el me generaba, después de un largo tiempo y de varios nombres y hombres mi corazón comenzó a latir de una manera especial, de esa manera de la que hablan las películas de Disney.
El temor de perderlo para siempre, y la intriga de saber que lo tenia asi me consumía, por fin y lamentablemente después de tanto tiempo alguien me volvía a importar, uso esa contradicción ya que me asustaba el hecho de que ningún hombre en verdad me atraiga lo suficiente para hablar mas de una semana, pero a la vez recordé lo doloroso que es estar del otro lado sintiendo que a la otra persona no la importas absolutamente nada. Y si, quizás exagero y el solo no esta con su celular encima pero las veces que sentí algo no me equivoque, la intuición femenina aun no esta perdida.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Sin titulos


Cada vez era mas serio, ambos sabíamos que hasta que nuestros viajes no finalicen los títulos pasaban a tercer plano. Aun asi yo era tema de conversación en sus cenas familiares, y por acá mi mama anda ilusionada con tener un yerno doctor.
Nos estábamos acostumbrando uno al otro, nos gustabamos cada vez mas sin haber un tope de amor, quizás sea temprano para esa palabra pero es que no podría usar otro termino para describir los momentos donde me sujeta de la mano mientras conduce, donde al verme desnuda me repite que le gusto mucho, donde me sonríe cada vez que lo peleo, donde cumple cada idea loca que se me ocurre, donde modifica cada detalle que sabe que no me agrada.
No paraba de pensar en su sonrisa tan blanca, en sus carnosos labios, en sus separados ojos y sus fuertes manos. Me estaba gustando, en realidad me estaba gustando.

Llego el doctor y el tiene la cura

Me sentía la reina del universo, como una niña en la cima de su columpio, como un adolescente con su primer sueldo. No dire que el me hacia sentir diferente porque ya después de cuatro novios y mil algo no hay sentimiento que no haya sentido. Y eso era lo genial, no me sentía diferente, me sentía como hace años atrás, me sentía como cuando tenia 14 años y nada es mejor que sentirse inocente y pequeña por un tiempo.
Sin darme cuenta los momentos que pasábamos juntos se estaban convirtiendo en perfectos, andando en su motocicleta tan rápido que siento que me vuelo mientras el sol del atardecer me da justo en la cara, conociéndonos mas en la parte de atrás de su auto antiguo sobre la manta que el preparo horas antes de encontrarnos iluminados por la luna, cambiando cada cosa sin que se lo haya pedido,solo porque sabe que lo odio.
El se estaba esforzando porque lo nuestro funcione sin necesidad de que yo le marque algo, sin que yo me quejara mas de una vez. Sin planearlo era perfecto, algo inesperado pero al final... Algo real.