Todo empezó como una simple noche, yo ya estaba rendida pues
en todo mi viaje había tenido mala suerte con el amor, casi como en mi propia
morada al parecer hay cosas que no cambian, pero al verlo y escuchar algo que
llamo mi atención entendí que no debía darme por vencida tan fácilmente, pero
no quería quedar obvia aunque tenía una gran duda porque tu mirada era
sospechosa. Luego de una gran tanda de baile un chico me tenía aprisionada y
como siempre yo tan exagerada gritando, cubriéndome la cara con mis brazos y al
levantar la vista lo veo a el que me estira la mano y me salva, como una clase
de súper héroe fue en ese momento cuando mis pupilas se dilataron y me entro la duda si
solo lo había hecho por deberme un favor o si quizás el verme con otro chico a
él le significo algo, pero no podía ser tal literal con mis preguntas así que
calle.
Jugando con nuestros compañeros surgió la consigna de
agacharse todos, pero mi imperfección más perfecta no entendió, entonces lo
tome de la mano y lo baje conmigo y nuestros rostros quedaron a cinco
centímetros de distancia, nuestros bocas se acercaron y nuestros ojos quedaron
completamente abiertos y enseguida nos alejamos, quedamos los dos sin
comprender muy bien lo que había pasado, pero algo era seguro ambos habíamos
sentido algo y estaba vez la amistad no tenía nada que ver. Estaba contenta pero a la vez intrigada por
saber que le ocurría a él, que pensaba, como me veía… El con disimulación me
dijo que no podía hablar allí, así que nos fuimos a un lugar un poco más reservado
y me conto su historia y ahí comprendí que la mala suerte estaría conmigo hasta
la muerte, llenándonos de besos le comente con mi gran sinceridad que no podía
entender como alguien como él podía llegar a sufrir por amor, habiendo tantas
personas que morirán por estar a su lado, obviamente que no aclare que una de
esas era yo, y el desperdiciaba su tiempo tras alguien que no pretendía nada.
No me pregunten porque pero se tomó muy a pecho mi consejo, y a esa chica la
quito de su vida.
Hoy hablamos cada segundo de nuestras vidas pero temo que se
arrepiente de haberme conocido, mientras el más me habla más me ilusiono y me
imagino nuestro futuro juntos. Ojala al despertar piense en mi porque yo
dormiré abrazada a mi almohada fingiendo que es el, yo jamás lo alejaría porque
sé que es una de esas personas de las que quedan pocas, y juro cuidarlo con los
pedazos más sanos de mi corazón.